Esta que véis no es la arquitectura de papel couché que sorprende ni la que engatusa con sus brillos.
Es la arquitectura que aparece al final de la calle y no la ves, como esas niñas normalitas, casi sosas, en las que solo te fijas cuando te sonrien deslumbrándote al pasar por su lado.
Es la arquitectura que se preoucupa por los demás y no por ella misma.
Es la que juega con el espacio entendiéndolo como algo vivo, algo lleno de niños gritones, de aire, de ropa tendida, de olores y humos de cocina.
Por lo visto su autor dice que cuando su arquitectura se mueve es como cuando te apartas en el autobús para dejar pasar a alguién. José Llinás Carmona, sencillo como solo lo puede ser una madurez, fascinante como solo lo puede ser entender la profesión como un juego. A fin de cuentas, arquitectura.
fotografía de Lourdes Bueno para arquitextónica
Me ha encantado vuestra web. Por cierto, llegué a vosotros siguiendo el enlace de un comentario en Microsiervos.
Gracias!
Me quedé con la curiosidad de haber entrado dentro y no solo estudiar el proyecto en papel, pero lo dejaremos para la proxima visita…