Acabamos de leer el comunicado que el Consejo General de Colegios de Ingenieros Industriales (¡ahí es nada!) ha publicado. Me vais a permitir que, a vuelapluma, escriba este artículo, análisis, valoración y respuesta incluídos, como si de una contestación por correo se tratara: entre líneas.
Esto podría, o debería ser, una carta dirigida expresamente a su presidente, pero, como publican comunicados sin firma personal, la dejo abierta…
(Los párrafos del comunicado están en cursiva e indentados, nuestra respuesta a continuación de cada uno):
SOBRE EL VERBO EDIFICAR
En tiempos de cambios radicales es frecuente que cunda el nerviosismo en los colectivos que presumen que esos cambios les pueden afectar.
¿Presumir? ¿Acaso no han leído que se modifican las reservas de actividad? Nos afecta. No se presume nada.
Y eso es lo que está ocurriendo ahora ante las posibles modificaciones de la Ley 38/1999 de Ordenación de la Edificación. Una Ley que en el día de su aprobación fue polémica, ya que despojaba a las ingenierías de atribuciones que hasta entonces no habían sido discutidas.
Compañeros muy capaces argumentan que el reglamento, que no ley, que determinaba las atribuciones de los ingenieros pre-LOE, no establecía en ningún momento las de edificación, y que dicha LOE se estructuró para evitar su entrada, cual elefante en cacharrería, en temas de salud e integridad pública.
Convendrá, pues, serenar los ánimos de cuantos se sienten implicados y hacer algunas observaciones dictadas por la mera racionalidad.
Su condescendencia y su llamada a la razón, sin esgrimir argumentos válidos, es solo propia de la retórica más rancia y manipuladora. Sigamos.
En primer lugar que, desde tiempo inmemorial, la formación de muchos ingenieros, dependiendo de ramas y especializaciones, aporta conocimientos plenos para todo cuanto es la construcción de edificios, sea cual sea el uso que se va a dar a los mismos.
Su grado de plenitud es manifiestamente discutible. Remitámonos a los planes de estudio. Si a los arquitectos, hasta ahora los profesionales competentes, se les exige una determinada cantidad de horas lectivas de construcción, estructuras e instalaciones **específicas** de la edificación. ¿Por qué Uds., con muchas menos deberían adquirir las mismas competencias?
Nadie discutía esto antes de 1999.
Exacto, hasta que Uds. pretendieron desarrollar proyectos que no les competen. Permítanme desafiarles a que nos remitan a un proyecto de viviendas desarrollado íntegramente por ingenieros. Alguno debería estar todavía en pie si antes de 1999 Uds. podían realizarlos ¿no?
Otra cosa es la proyección humanística o artística de las construcciones a realizar, y aquí sí que caben toda clase de matices. Porque, y esta es la segunda consideración a hacer, en ningún momento se debe confundir edificación, o construcción, con arquitectura. La confusión entre ambos conceptos no ha hecho más que traer dificultades de comprensión a una sociedad no siempre suficientemente informada, como muy bien saben, aunque no siempre lo reconozcan, nuestros compañeros los arquitectos. Jamás se ha puesto, ni se pondrá, en duda, su excelencia en este plano.
No reduzcan. La arquitectura no es sólo edificación con proyección (y aquí se ve clara su torticería) humanística. Fíjense que su retórica-lógica-razón hace aguas cuando se meten en este embrollo que desarrollan en el párrafo siguiente.
Pero la edificación es algo más, mucho más, que la proyección humanística o artística de las construcciones, y, además, en infinidad de casos, esta proyección no es lo más sustancial del proyecto contemplado.
No se discute nuestra excelencia en la proyección humana (que no sólo humanística) y artística de la arquitectura. Es decir, que para Uds. Arquitectura sería edificación más humanidades y arte ¿verdad? Pero luego se enrocan en que la edificación es más que la proyección artística y humanística que nosotros le añadimos a la misma…
Arquitectura=Edificación+Arte+Humanidades
para luego ser
Edificación> Arquitectura+Arte+Humanidades…
Lo he desarrollado en forma de desigualdades para ver si así se dan Uds. cuenta de sus falacias lógicas. Digo yo que le será más fácil de entender que sus propios textos.
Si se aducen razones de seguridad de bienes y personas, es cuando más clara está la respuesta. Una construcción, cualquier construcción sea cual sea su uso, plantea problemas de seguridad. Problemas relacionados con su estructura, sus cimentaciones, las instalaciones de fontanería y electricidad que contiene, los ascensores, y, más recientemente, los infinitos sistemas de información y comunicación que la hacen vulnerable. Todo ello, problemas a resolver por ingenieros cualificados. Y fallos en estos planos son los más probables desde el punto de vista de la seguridad, que es el principal criterio para justificar una reserva de actividad.
¿Están sugiriendo que nosotros sólo hacemos planos?¿Están sugiriendo de forma rastrera y sibilina que el hecho de que un arquitecto proyecte y se haga responsable de la seguridad de todas las instalaciones, estructuras y sistemas constructivos de sus edificios es motivo de inseguridad? Son Uds. unos osados.
No es correcta, por tanto, la actual formulación de la LOE en este aspecto, formulación que sin embargo introduce factores de discriminación respecto a profesionales cualificados.
En todos los países de nuestro entorno, la colaboración de arquitectos e ingenieros es fluida y necesaria. Y ninguno de ambos colectivos se siente celoso del otro.
Colaboración (aunque nosotros siempre preferimos colaborar con arquitectos antes que con ingenieros). No usurpación de competencias.
Lo que tampoco ocurre en ninguno de estos países, es que la reserva de actividad entre ambos esté condicionada por el uso final de las construcciones. Otros serán los motivos que lleven a confiar en unos o en otros profesionales, y generalmente, en una afortunada colaboración entre ambos.
Sincérense Uds. Cuando se refieren a “otros motivos” están hablando de una entrada en el mercado a sangre y fuego. Ya nos bastamos nosotros para rebajar precios de forma casi criminal. Negar que su capacidad competitiva está en el número (creo que la razón ingenieros /arquitectos está en el orden de 9 a 1) es otro de sus movimientos retorcidos.
Es absurdo que un ingeniero no pueda firmar (como ocurre con la legislación española actual) el proyecto de una escuela taller, porque su uso es docente, y sí el taller principal asociado a la misma, mucho más complejo, porque su uso es industrial. Seamos serios cuando hablamos de estas cosas.
Estas afirmaciones son deleznables y deberían ser motivo suficiente para desarbolar sus ataques. ¿Reclaman seriedad?¿Seguimos con la retórica chabacana? En base a qué argumentan Uds. que un taller es más complejo (Aula taller=aula+taller ¿no?). Permítanme aclarárselo. No tienen ni la más remota idea de la complejidad que implica entender y trabajar por y para las actividades diarias del ser humano. No tienen ni el más mínimo interés ni respeto por las personas, objeto y sujeto principal del proyecto de arquitectura, y son capaces de anteponer el espacio para un elevador hidráulico al necesario para una mesa de estudio.
Quizá no sea correcto decirlo, pero si se atiende a los criterios humanísticos y estéticos es probable que muchos arquitectos se sientan avergonzados de algunas urbanizaciones hechas al amparo del reciente y denostado boom urbanístico, que hacen buena la estética de cualquier polígono industrial.
Si dudan de la corrección de un argumento, posiblemente como en este caso no lo sea, no lo usen. Si empezamos con ejemplos vergonzantes, Uds. también tienen esqueletos en sus armarios. Estamos hablando de temas mucho más amplios que toda la relación de casos particulares que podríamos desarrollar ad infinitum.
En algunos de los cuales, por cierto, han colaborado, y muy bien, magníficos arquitectos. Porque el humanismo y la estética,también están en la industria.
Muchos polígonos industriales han sido desarrollados íntegramente por arquitectos. Tenemos competencias y capacidad para ello. Lo que nunca haremos es proyectar las instalaciones industriales (aunque si sus naves) que en ellos se alojen.
No es el uso de una edificación lo que aconseja que su proyecto y realización se encomiende a unos u otros profesionales, sino criterios mucho más sutiles y, por descontado, mucho más respetables. Atengámonos a ellos por el bien de la sociedad a la que todos nos debemos.
¿Nos iluminan con esos criterios sutiles y respetables? La elipsis retóricas invitan a la confusión o incluso al engaño. El uso de un edificio es determinante pues se refiere a la actividad que en el edificio en cuestión desarrollan las personas que lo habitan. Negar que esto, y no otra cuestión, es lo fundamental de cualquier proyecto de arquitectura (o edificación si Uds. quieren) es faltar a la verdad y al respeto que le debemos a la sociedad que invocan.
Quedamos a la espera de su pronta contestación.
Atentamente,