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arquitectura informacional, BIM y demás

El eslabón más débil

Creo que todos tenemos claro que pese a la enorme responsabilidad (responsabilidad legal a todos los efectos) que las arquitectas y arquitectos llevamos sobre nuestros hombros, somos el eslabón más débil en la cadena de procesos, tareas y decisiones que implica un proceso arquitectónico.

«Agency 045» CC-by-nc-sa. Miguel Villegas-Ballesta.1

Voy a intentar cuestionarnos como eslabón dentro de esa cadena, al menos dentro del espectro de la arquitectura que estamos trabajando: la producción y gestión del conocimiento; y voy a plantear cómo podemos recuperar nuestra agencia y cómo podemos instrumentalizar mejor nuestras capacidades humanas.

¿por qué tenemos que reforzar la agencia humana?

En todo el panorama del desarrollo de la IA y la automatización hay un problema recurrente. Se está sustituyendo la agencia humana por agencia artificial. Buscamos IAs para hacer proyectos enteros, mientras seguimos batallando con imágenes de manos de 3, 4 o 6 dedos…

Ya hablamos la semana pasada de los dos caminos posibles alrededor de la relación con las máquinas: podemos ser centauros o podemos convertirnos en minotauros. La diferencia está en si cedemos la agencia a la máquina o si seguimos manteniéndola o incluso empoderándola.

¿Qué es la agencia?

Sencillamente, la capacidad de generar consecuencias basadas en nuestras propias decisiones.

No es sólo la capacidad de tomar decisiones, si no que esa decisión ponga en marcha cambios en la situación de la realidad a la que afecta.

En cuanto tenemos en cuenta la relación entre nuestro conocimiento (decisión consciente) y la generación de consecuencias, la relevancia de la agencia como concepto es clara.

En el artículo de Doctorow el ejemplo es diáfano. Los trabajadores-minotauros de amazon tienen una productividad enorme, pero no tienen agencia. No tienen capacidad de decisión respecto de las nuevas acciones que son capaces de llevar a cabo.

La agencia en el proyecto de arquitectura

Si me permitís el salto historiográfico, el trabajo de la arquitectura sobre la agencia de los usuarios de arquitectura tuvo un filón importante con los primeros cibernetistas; Pask y compañía. Pero este acercamiento a la relación humano-máquina, se quedaba en la superficie. Se limitaba a pensar la arquitectura como una máquina con la que los usuarios podían conversar para diseñar sus propios ambientes, pero ese diseño se basaba y estaba limitado por las capacidades de la arquitectura-como-máquina.

Lo informacional nos permite trabajar, no ya con el objeto arquitectónico como máquina, si no con el proyecto arquitectónico como máquina.

Los sistemas paramétricos (tan perjudicados en su secuestro por Schumacher) serían la forma más simple y superficial de recuperar esa agencia y reforzarla a través de la máquina. Construimos relaciones algorítmicas entre la información de entrada y la forma de salida.

Pero ¿qué pasa cuando las relaciones no pueden ser algorítmicas?

En un proyecto, la cantidad toma de decisiones, ese primer factor en el que hemos deconstruido la agencia, y la dificultad de la definición de las mismas, recordemos los problemas perversos, hace que la subordinación de estos procesos de pensamiento a las máquinas sea impensable para muchos…

¿Por qué?

  1. «Agency 045» CC-by-nc-sa. Miguel Villegas-Ballesta. Imagen generada por IA mediante el prompt «a photorealistic photography of an architect with his arms extended, the architect holds a huge tanker ship chain end on each hand, the chains extend to the image sides, the architect is in the middle of the image acting as a link between two long tension chains –no ship, background» ↩︎

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