Partimos de la base de que aplicar BIM (herramientas y metodologías) en las fases de proyecto de ejecución y obra ya está consolidado, no hay que discutirlo. Pero ¿qué pasa antes del proyecto de ejecución? Tengo la impresión, validada por ya algunos años de experiencia en implantación y uso, de que hay un rechazo generalizado por parte de los profesionales de la arquitectura a su uso en las etapas iniciales del proyecto; y los argumentos son bastante diversos. A ver si puedo refutarlos…

El BIM (no) limita la creatividad
El BIM no es para arquitectos…
El BIM no me deja proyectar…
El BIM hace que todo salga igual…
Idénticos argumentos a los que en 1997-98, esgrimían los profesores de Elementos de Composición (proyectos 0) para prohibirnos el uso de CAD. ¿Impensable hoy, verdad?
¿Por qué pensamos que el BIM limita la creatividad entonces? ¿Porque no sentimos el lápiz sobre el papel? ¿Porque no tenemos que hacer el offset a 0,30 en autocad para convertir una línea en un muro? El BIM comprende una fuerte mediación entre el pensamiento y la representación del mismo, pero eso no tiene por qué ser malo (idea que desarrollaremos en próximos episodios).
Todavía no estamos habituados a las herramientas de (modelado) representación en BIM, no estamos habituados a volcar todo el conocimiento implícito de nuestras cabezas y hacerlo explícito… pero se puede. La creatividad está en nuestras cabezas, si nos excusamos en la condición limitante de una herramienta, estamos buscando eso… excusas.
Usar BIM (no) es más caro
Hemos invertido demasiadas horas en el anteproyecto y no hemos conseguido el encargo…
Otra idea recurrente… se cuentan las horas invertidas en un anteproyecto y salen números rojos… ergo el BIM ha tenido la culpa.
Lo que no se cuenta es, por ejemplo que el cliente haya pedido 4 cambios, o que el arquitecto ha querido llevar en paralelo 4 versiones del anteproyecto combinadas de 2 en dos, o que el jefe haya dicho que se limpien los planos de 1990 en lugar de encargar una nube de puntos… ¿os imagináis hacer eso en CAD? Os doy una pista: hubiera sido indiscutiblemente inviable.
Os contaba en el episodio anterior que tareas parciales (p.e. dibujar una planta) pueden ser más rápidas en CAD… (y más rápido que el CAD sería si hiciéramos un croquis a mano)… pero lo que no se ve es que, cuando construimos en BIM, estamos generando automáticamente mucho más conocimiento embebido y estamos modelando un sistema interactivo. Cambiamos una planta y, sin solución de continuidad, tenemos listos alzados, secciones, perspectivas, mediciones…
¿Por qué parece más caro entonces?¿cuál es el problema? Desde mi experiencia: ese ahorro real de esfuerzo no se percibe.
Del BIM sólo tenemos la impresión de que definir una familia de puerta, o un tipo de pared, es trabajoso y sobre todo nos genera inseguridad. Lo que no vemos es que una vez definida esa nueva herramienta, su aplicación nos habrá ahorrado incontables horas de trabajo manual…
No puedo modelar lo que no sé (… evidentemente…)
¿Cómo voy a definir las capas de la pared si todavía estamos en anteproyecto?
¿Y quién te lo ha pedido, almamía? Y aquí entramos en problemas que, en mi opinión, han sido causados por terceros… los productores de software BIM (en general) lanzan sus productos cargaditos de catálogos superdetallados: muros de 8 capas con aislamientos, sistemas de anclajes para fachadas ventiladas, membranas internas y mil zarandajas; puertas con manillas y mirillas, ventanas con la rotura de puente térmico modelada en mm a 1:1… ¿en serio?
¿Por qué nadie piensa que el proyecto empieza con un paramento exterior 30cm y ya está?¿Por qué no una familia de puerta que se llame carpintería interior vivienda 82 y listo? Ese catálogo con el que empezar a bocetar es el que le falta a muchos arquitectos y se soluciona preparándolo nosotros mismos siguiendo una regla sencilla:
Sólo se modela lo que se conoce
Es así de fácil, y aquí le doy (parcialmente) la razón a los reaccionarios. Preparar un catálogo de elementos genéricos que nos sirvan para cubrir las etapas iniciales de proyecto es trabajoso. Pero, también lo conté en el episodio anterior, la curva de McLeamy está obsoleta; una vez que hemos hecho la inversión inicial en preparar ese catálogo, el rendimiento de ese esfuerzo es constantemente creciente. Preparamos una vez, usamos ad infinitum…
Concluyendo. Tres argumentos contra el uso del BIM oídos, analizados y desmontados.
¿Tenéis alguno más?
PS: Si habéis llegado hasta aquí: ¡Gracias! Si además dejas un comentario al hilo del tema expuesto, más gracias todavía. Y si en el comentario propones un tema o tienes un argumento para abrir más la discusión y que la web no sea solo el lugar de mis barruntos, te estaré eternamente agradecido.
- «metáfora visual del pensamiento informacional» CC-by-sa Miguel Villegas Ballesta
imagen generada mediante IA con el prompt «https://s.mj.run/kzI9BpKxxT8 https://s.mj.run/phadvkxrDqg https://s.mj.run/HHO5WeFJN_o https://s.mj.run/wu0RYMY6M2w isolated greenscreen ::1 full body shot white isolated background of single person facing the camera standing up arms downwards 75 degrees to the sides and 55 degrees forward with a calmed stance and slight smile plain leather boots like ::1 340 white isolated background ::1 840 glowing yellow translucent asymmetrical isotropic neural network sprouting from person hands like ::1 350 neural network grows from person head like ::1 200 neural network links to a glowing hologram architectural design like this ::1 1600 –no tree, trunk, plant, symmetry –no tree, trunk, plant, symmetry –ar 5:3 –v 5.2» ↩︎
Deja una respuesta